El cierre de CME no fue un evento aislado. Forma parte de una realidad mayor: la economía digital está tan sobrecargada que un solo fallo —en refrigeración, software o electricidad— puede trastocarlo todo sin previo aviso.
Ya hemos visto cómo las interrupciones de AWS han dejado fuera de servicio importantes aplicaciones, sistemas de pago, redes logísticas, plataformas de criptomonedas e incluso bancos debido a un mal funcionamiento de un clúster de centros de datos sobrecargado. Un error de software rutinario en Cloudflare ha dejado fuera de servicio grandes porciones de internet durante horas. Y en todo Estados Unidos, 9 de las 13 regiones energéticas están funcionando con una tensión crítica, sin apenas margen de seguridad a medida que se acelera el consumo de electricidad de los centros de datos. Al mismo tiempo, los propios centros de datos están funcionando a una temperatura más alta, con mayor densidad y cerca de su techo térmico de lo que jamás fueron diseñados, lo que hace que todo el sistema sea más frágil con cada nueva implementación de IA.
Causas diferentes, misma conclusión:
Estos fallos pueden ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento, y sus efectos en cadena se producen de inmediato.
Estamos exigiendo a nuestras computadoras, redes eléctricas y sistemas de refrigeración que gestionen mucho más de lo que fueron diseñados. La IA aumenta la demanda de electricidad. Más electricidad genera más calor. Más calor sobrecarga los sistemas de refrigeración. Y cuando cualquier parte de esa cadena falla, las consecuencias impactan la economía de inmediato.
El mundo físico (refrigeración, energía, transformadores, agua y capacidad de la red) se está convirtiendo en el verdadero cuello de botella para la economía digital.
Los cuellos de botella bajo el auge de la IA
Empezando por lo básico: la IA requiere potencia de procesamiento. La computación necesita centros de datos. Y los centros de datos no son solo "edificios llenos de servidores", sino complejos industriales compuestos por cientos de componentes físicos que deben funcionar a la perfección, en todo momento.
Centros de datos: el punto de partida de la cadena de cuellos de botella
Empresas como EME (EMCOR)
construyen y cablean estas instalaciones, desde salas de distribución y túneles de refrigeración hasta generadores de emergencia y fuentes de alimentación de alto voltaje. Sin contratistas de EPC como EME, los nuevos campus de IA simplemente no se construyen.
Demanda de IA → más centros de datos → más capacidad de construcción tipo EMCOR
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